Página I, Lecturas y sugerencias de Alejandra Acuña
A todo lo que se hace con pureza de intención, Jesús lo valora como si fuera hecho por Él.
Volumen 3; 6/nov/1899
...Yo estaba con mis brazos en la cruz, sufriendo los dolores de la crucifixión que el mismo Jesús había compartido conmigo antes, tomó mis brazos y los unió, atándolos con un cordonito de oro. Yo dije:
“Dulcísimo Amor mío, te ofrezco estos movimientos de mi cuerpo que Tú mismo me hiciste hacer, así como todos los demás que yo mismo pueda hacer, con el único fin de agradarte y glorificarte. Ah, sí ! Me gustaría que hasta los movimientos de mis párpados de mis ojos, de mis labios y de todo mi ser, fueran hechos *con el único fin de complacerte sólo a ti*. Que sea, oh buen Jesús, que todos mis huesos, mis nervios, resuenen entre sí y con voces claras te testifiquen mi amor.
Y me dijo:
"Todo lo que se hace con el único fin de agradarme, brilla ante Mí de tal manera que atrae mis miradas divinas y Me agrada tanto, que incluso a un movimiento de pestañas le doy el valor como si fuera hecho por Mí". .
En cambio, aquellas otras acciones, que en sí mismas son buenas y hasta grandes, no hechas únicamente para Mí, son como ese oro embarrado y lleno de herrumbre, que no brilla y Yo ni siquiera las miro. "
Y yo: "¡Ah! ¡Señor, qué fácil es que nuestras acciones se ensucien de polvo!"
Y Él: "No hay que preocuparse por el polvo, porque se puede sacudir, pero lo que sí hay que importar es la intención".
"No son las grandes obras las que miro, sino la intención con la que están hechas; en esto está toda mi atención." Volumen 2; 7/mayo/1899
Sugerencias:
* Releer reflexivamente, repitiendo las intenciones de Luisa como si fueran mías, diciéndole a Jesús que quiero hacer hasta el más mínimo acto con esas intenciones.
* Continuar practicando estas intenciones en actos buenos o piadosos, porque a veces uno piensa que basta con que sean buenos y se hacen con otras intenciones: el propio gusto, el deseo de agradar a las criaturas, de ser reconocido, admirado o alabado, de uno mismo. -el amor, el buen ver, la costumbre, para no sentirse mal, etc. Y eso los deja sin luz y sin agradar a Jesús.
* Practicar también la pureza de intención en los actos indiferentes, involuntarios y mínimos, con la certeza de que la intención recta y pura les da brillo y atrae y agrada a Dios y Jesús les da el valor de sus propios actos.
El Señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra y sopló en su nariz aliento de vida; y el hombre se convirtió en un ser vivo.
Cuando el Señor sopló en Adán su propia vida, sopló en él su Divina Voluntad pero con libre albedrío para darle vida o no.
Al desobedecer y no dar vida a la Voluntad de Dios, sale del Edén (Del Don de vivir en la Divina Voluntad).
permanecer en la oscuridad.
Con el pecado cerramos y ponemos barreras a la Divina Voluntad y cada vez permanecemos en más oscuridad.
Ahora el Señor quiere dar este Don a esta generación que está sumida en las tinieblas y así como con su voluntad Adán sale de ellas, ahora con nuestra voluntad podemos decir fiat (a imitación de nuestra Madre que con su Fiat, el Verbo es encarnado en ella) y Jesús se encarnará en nosotros; vivir juntos con una sola voluntad.
En la medida que abrimos la puerta de nuestro corazón, de nuestra alma a la Voluntad Divina, nuestra inteligencia y voluntad... se expanden y llenan de la Luz de la Voluntad Divina y la criatura en la tierra comienza a saborear la vida en el Edén.
Reparaciones y alabanzas junto a Jesús.
Volumen 4; 5/ene/1900
Luisa ese día participó en la crucifixión de Jesús y luego le dijo:
“¿Quieres algunas reparaciones? ¡Hagámoslos juntos! Así mis reparaciones unidas a las tuyas tendrán los efectos de las tuyas, porque por mi cuenta creo que te desagradarán más..."
Luego tomé su mano que chorreaba sangre y besándola recé la 'Laudate Dominum' con el 'Gloria Patri', Jesús rezó una parte y yo la otra, para reparar las muchas malas obras que se cometen, poniendo la intención de alabándolo tantas veces por cuantas ofensas reciba por malas obras. ¡Qué conmovedor fue ver a Jesús orar!
Luego seguí haciendo lo mismo con la otra mano, *poniéndome la intención de alabarlo tantas veces cuantas ofensas reciba por los pecados de todos.*
Luego los pies con *la intención de alabarlo tantas veces por cuantos malos pasos y por cuantos caminos torcidos se hicieron aún bajo el disfraz de piedad y santidad*.
Finalmente, el corazón, con la intención de alabarlo como muchas veces el corazón humano no late, no ama, no desea a Dios.
Mi amado Jesús parecía todo aliviado con estas reparaciones hechas junto a Él.
Sugerencias:
* Releer lentamente con la voluntad de tener las mismas intenciones que Luisa.
* Repetir estas intenciones para unirnos a Jesús en reparaciones y alabanzas a él al hacer una oración vocal, en la Santa Misa o durante el día, en cualquier acto, si vemos situaciones de pecado.
* Así estaré poniendo en práctica las enseñanzas anteriores: fundiéndome en Jesús, siendo similar a Él en acción e intención, manteniendo el espíritu de oración continua y estaré ampliando la correcta intención.
Volume 4
September 4, 1901
Gratitude is the key to open the treasures of God. Ardors of the Heart of Jesus for the glory of the Divine Majesty and the good of souls. What the soul can do to fill the voids of His glory on the part of creatures.
As my adorable Jesus continued to come, this morning, as I saw Him, I felt such a yearning to ask Him whether He had forgiven my sins; so I said to Him: ‘My sweet Love, how I yearn to hear from your lips whether You have forgiven my many sins.’ Jesus drew close to my ear, and with His gaze He seemed to scrutinize all of my interior; and He told me: “Everything is forgiven, and I remit them. There is nothing left in you but a few defects committed by you in passing, without realizing it – and I remit those as well.”
After this, it seemed that Jesus placed Himself behind my shoulders, and touching my back with His hand, He fortified it thoroughly. Who can say what I felt at that touch? I can only say that I felt a refreshing fire, a purity united to a fortitude. Then, after He touched my back, I prayed Him to do the same to my heart, and Jesus, to content me, condescended. Afterwards, it seemed to me as if blessed Jesus was tired because of me, and I said to Him: ‘My sweet Life, You are tired because of me, aren’t You?’ And He: “Yes, at least be grateful for the graces I am giving you, because gratitude is the key to be able to open as one pleases the treasures that God contains. Know, however, that what I did to you will serve to preserve you from corruption, to strengthen you, and to dispose your soul and body for the eternal glory.”
Después de esto pareció transportarme fuera de mí mismo, y me hizo ver la multitud de los pueblos, y el bien que pueden hacer y no hacen, y por tanto la gloria que Dios debe recibir y no recibe. Todo afligido, Jesús añadió: “Amados míos, mi Corazón arde por la honra de mi gloria y el bien de las almas. Por cada bien que omiten, mi gloria y sus almas reciben un vacío. Aunque no hagan ningún mal, al no hacer el bien que podrían hacer, son como esas habitaciones vacías que, aunque hermosas, no contienen nada que admirar, nada que llame la atención, y por tanto su dueño no recibe ninguna gloria. Si luego hacen un bien y descuidan otro, son como esas habitaciones vacías, en las que se ven sólo unos pocos objetos, sin orden. Amados Míos, venid y participad de estos dolores, de los ardores que siente mi Corazón por la gloria de la Divina Majestad y el bien de las almas, y tratad de llenar estos vacíos de mi gloria. Esto lo podéis hacer no dejando pasar ni un solo momento de vuestra vida sin estar unidos a mi Vida; es decir, en todas tus acciones, ya sean oración o sufrimiento, descanso o trabajo, silencio o conversación, tristeza o alegría, e incluso en los alimentos que tomas – en suma, en todo lo que te suceda, pondrás la intención. de darme toda la gloria que otros deberían darme en esa acción, y de compensar el bien que deberían hacer, pero no lo hacen, con la intención de repetir esta intención por tanta gloria que Yo no recibo, y por tanto bien. como omiten. Si hacéis esto, de algún modo llenaréis el vacío de la gloria que debo recibir de las criaturas, y mi Corazón sentirá un refrigerio en mis ardores; y de este refrigerio brotarán arroyuelos de gracia para el bien de los mortales, que les infundirán más fortaleza para hacer el bien”. Después de esto, me encontré dentro de mí.
Sugerencias:
Reflexiona si en mi vida he omitido hacer el bien, no sólo en cuanto a obras externas, sino en poner la recta intención en mis acciones. Son los vacíos de amor y gloria a Dios que tengo y le he causado, afligiéndole. Además, piensa en lo que todas las demás personas han hecho y hacen también...
Jesús me enseña y me invita a llorar con Él y a llenar esos vacíos. Dile que acepto desde ahora hacerlo.
Tener la intención de unir mi vida a la del amado Jesús, unir todas mis acciones a las suyas, con las intenciones que él dice en la lección, unir mis intenciones a las suyas y tener las mismas intenciones que las de Jesús.
Practícalo en todos los actos del día.
Escuchando esta explicación sobre Jesús y cómo obró, para saber más de él y unirnos más a Él:
Efectividad de las intenciones.
Volumen 4; 9/9/1901
Esta mañana mi adorable Jesús no venía. Entonces mientras mi mente estaba ocupada contemplando el misterio de la corona de espinas, recordé que cuando yo estaba ocupado en otras ocasiones con este misterio, el Señor tuvo a bien quitarle la corona de espinas de su cabeza y ponérsela a la mía, y Dije en mi interior:
'¡Ah Señor! Ya no soy digno de sufrir tus espinas.'
Y de repente vino y me dijo:
“Hija mía, cuando sufres mis propias espinas me alivias, y al sufrirlas tú misma, me siento completamente libre de esos dolores.
Cuando te humillas y te crees indigno de sufrirlos, reparas por los pecados de soberbia que se cometen en el mundo."
Y agregué: 'Ah Señor,
- por tantas gotas de sangre como derrames,
- por tantas espinas como sufriste
- por tantas heridas que sufriste
tanta gloria pienso daros por tanta gloria que os deberían dar todas las criaturas si no existiera el pecado de la soberbia, y tantas gracias pienso pediros para todas las criaturas, para que este pecado sea destruido. "
Mientras decía esto, vi que Jesús contenía en sí mismo al mundo entero*, como una máquina contiene objetos en su interior. *Todas las criaturas se movían dentro de Él, *y *Jesús se movía hacia ellas, y parecía que
- Jesús recibiría la gloria de mi intención.
- y *que las criaturas habían regresado a Él para recibir el bien que yo les impetraba*.
Yo quedé estupefacta y Jesús, viendo mi estupefacción, dijo:
“Todo esto parece sorprendente, ¿no? Lo que has hecho parece algo trivial, pero no lo es.
¿Cuánto bien se podría hacer repitiendo estas intenciones y no se hace?
Sugerencias:
* Como siempre, vuelve a leer repitiendo las intenciones de Luisa como propias y luego practica poner este tipo de intención de gloria, amor, reparación, consuelo a Jesús y petición de acción de gracias por todos, en los actos diarios.
* De manera muy práctica Nuestro Señor está enseñando al alma a unir sus acciones a las Suyas, sus intenciones a las Suyas, hacia el Padre y hacia los seres humanos, en una palabra: hacer la voluntad humana del alma una con la Divina y obrar. en la Divina Voluntad como lo hizo Jesús y con Él.
* También comienzas a ver que orar y trabajar en la Divina Voluntad no es una fórmula que deba repetirse, sino que todo se hace continuamente, poniendo intenciones como las hizo Jesús, siempre primero hacia Dios dándole gloria, amor, reparación, alabanza. . .. y luego hacia todo el vecino. ¡Y cada vez salen nuevos!
Continuación de la Vida de Jesús en el alma.
(Del Libro del Cielo de Luisa Piccarreta, alma víctima y mística, en el Proceso de Beatificación)
Sigo haciendo lo que Jesús bendito me enseñó el día 4 de este mes, aunque a veces me distraigo, pero cuando a veces lo olvido, parece que Jesús se pone en guardia en mi interior y Él mismo lo hace por mí. Al ver esto me sonrojo e inmediatamente me uno a Él y hago la ofrenda de lo que esté haciendo en ese momento. Ya sea una mirada o una palabra, sigo diciendo:
"Señor, toda esa gloria que las criaturas deben darte con la boca y no te dan, yo pienso dartela con la mía, y imploro para ellas la gracia de hacer buen y santo uso de la boca, uniéndome siempre con la misma boca de Jesús."
Ahora bien, mientras yo hacía esto en todas mis cosas, vino Él y me dijo:
“Aquí está la continuación de mi Vida, que fue
- la gloria del Padre y
- el bien de las almas.
Si *perseveras en esto*, *formarás mi Vida y yo la tuya*; tú serás mi aliento y yo seré tuyo."
Después de esto Jesús se puso sobre mi corazón para descansar y yo sobre Su Corazón, y parecía que Jesús tomaba de mí Su aliento y yo tomaba el mío a través de Jesús. ¡Que felicidad! ¡Qué alegría! ¡Qué vida celestial experimenté en esa posición! ¡Que sea siempre agradecido y bendito el Señor, que usa tantas misericordias con este pecador!
Sugerencias:
*Volver a leer repitiendo la intención de Luisa y agregar más intenciones que se me ocurran.
* Reflexionar sobre las demás enseñanzas de este capítulo para animarme y seguir poniéndolo en práctica:
- Fíjate cómo Luisa aprendió a fijar estas intenciones y fue creciendo en ellas,
- cómo en realidad estas intenciones y ofrendas interiores pertenecen a Jesús, y Él las hace en mi alma conmigo,
- _cómo Jesús quiere que esté más atento a poner estas buenas intenciones en todas mis acciones a imitación de Él mismo, _
- también cómo quiere perseverancia en actuar así, para que crezca en unidad de vida y de acciones con Jesús.
- Fíjate que trabajar así es la Vida de Jesús en mí y yo en Jesús. Es Jesús quien vive efectivamente en mí, es "vida del cielo" aquí en la tierra. Es el verdadero propósito de la Comunión.
Inmensos efectos de un ofrecimiento de Luisa de reparar y glorificar a Jesús por todos.
(Del Libro del Cielo,
Volumen 4; 3/oct/1901,
Luisa Piccarreta,
alma víctima y mística,
en proceso de Beatificación)
Habiendo recibido la Comunión, estaba pensando en cómo ofrecer algo más especial a Jesús para testimoniar mi amor y darle mayor felicidad, entonces le dije:
“Amado Jesús mío, te ofrezco mi corazón para tu satisfacción y alabanza eterna hacia Ti, y te ofrezco todo de mí, hasta las más pequeñas partículas de mi cuerpo, como otros tantos muros que se pondrán ante Ti*, para bloquear cualquier ofensa que se os pueda cometer, aceptándolas todas sobre mí si fuera posible y para vuestro placer, hasta el día del juicio. Y como quiero que mi ofrenda sea completa y os satisfaga por todos, tengo la intención de que todos los dolores que sufro al recibir sobre mí las ofensas, os recompensen con toda esa gloria que se suponía que debían dar los santos que están en el Cielo. ti cuando estuvieron en la tierra, aquello que se suponía que te debían dar las almas del Purgatorio, y esa gloria que todos los hombres, pasados, presentes y futuros, te deben. Te ofrezco por todos en general y por cada uno en particular”.
Apenas terminé de decirlo, el Bendito Jesús, todo conmovido ante tal ofrecimiento, me dijo:
"Amado mío, tú mismo no puedes entender
- la gran felicidad * que me has dado * al ofrecerte de esta manera;
- has sanado todas mis heridas
- y me has dado satisfacción por todas las ofensas pasadas, presentes y futuras, y
- La tendré en cuenta por toda la eternidad como la gema más preciosa que me glorifica eternamente, y
- cada vez que la mire os daré nueva y mayor gloria eterna.
Hija Mía, no puede haber mayor obstáculo que impida la unión entre Yo y las criaturas y que se oponga a mi Gracia, que tu propia voluntad.
Tú, al ofrecerme tu corazón para mi satisfacción, te has vaciado de ti mismo *, y al vaciarte de ti mismo, *yo derramaré todo de mí en ti y *de tu corazón vendrá a mí una alabanza que llevará lo mismo notas de las alabanzas de mi Corazón*, que *doy continuamente a mi Padre para satisfacer la gloria que los hombres no le dan*."
Y mientras decía esto, vi que a causa de mi ofrenda salían de todas partes de mí muchos ríos que derramaban sobre el Bienaventurado Jesús, quien luego con ímpetu y más abundantemente los derramaba sobre toda la Corte Celestial, sobre Purgatorio. y sobre todas las personas.
¡Oh! ¡Bondad de mi Jesús al aceptar tan miserable oferta y premiarla con tanta gracia!
¡Oh! ¡Prodigio de santas y piadosas intenciones! Si en todas nuestras obras, incluso las más triviales, hiciéramos uso de ellas, ¿qué oficio no haríamos? ¿Cuántas propiedades eternas no adquiriríamos? ¿Cuánta más gloria no le daríamos al Señor?...
Sugerencias:
- Como siempre, releer repitiendo como mía la oferta y todas las intenciones y efectos.
* Hacerlo o hacer ofrendas similares de uno mismo y de nuestras acciones durante el día.
* _Medita en los inmensos efectos que produce este trabajo interior, agradeciendo a Jesús por darme estas enseñanzas y la oportunidad y gracia de practicarlas. Para pedir que más almas los conozcan y los practiquen._
No sólo vivamos para Dios, sino en Dios.
Beneficios de esto.
(Libro del Cielo,
Volumen 3; 9 y 10 de julio de 1900
Sierva de Dios Luisa Piccarreta,
alma víctima y mística,
en Proceso de Beatificación)
"El alma verdaderamente mía debe vivir no sólo para Dios, sino en Dios.
Tú, trata de vivir en Mí, porque en Mí encontrarás el receptáculo de todas las virtudes, y caminando en medio de ellas te nutrirás de su fragancia, hasta saciarte y tú mismo no harás nada. pero desprenden luz y fragancia celestial, porque *vivir en Mí es verdadera virtud, y tiene la virtud de dar al alma la misma forma que la persona Divina en quien habita, y de transformarla en las mismas virtudes divinas con del que ella misma se alimenta.
Al vivir para Dios, el alma puede estar sujeta
- a disturbios,
- a la amargura,
- a ser inconstante,
- a sentir el peso de las pasiones,
- mezclarse con las cosas terrenales;
pero en el vivir en Dios no, todo es diferente, porque lo *más importante* para que una persona entre a habitar dentro de otra, *es dejar todo lo que le pertenece*, o sea:
- despojarse de todo,
- abandonar las propias pasiones, en una palabra,
- deja todo,
encontrar todo en Dios.
Y cuando el alma no sólo se haya desnudado sino que haya adelgazado bien, entonces podrá
- entrar por la puerta estrecha de mi Corazón para
- vive en Mí,
- según mi manera y
- de mi propia vida,
porque, aunque mi Corazón está inmerso, tanto que sus confines no tienen fin, su puerta es muy estrecha y sólo pueden entrar en ella aquellos que están despojados de todo.
Y esto con razón, porque *soy Santísimo*, jamás admitiría que viviera en Mí nada que sea ajeno a mi santidad.
Por eso, hija mía, trata de vivir en Mí y *poseerás el paraíso esperado*”.
¿Quién puede decir todo lo que entendí sobre este vivir en Dios?...
Sugerencias:
* Reflexionar sobre la diferencia entre vivir para Dios (ofreciéndole tus actos) y vivir en Dios, en el Corazón de Jesús o en Su Divina Voluntad.
* _Para hacerlo, Jesús me invita diariamente a desprender mi corazón de todo, a entregarle todo, incluso a mí mismo y todo mi interior, . Hazlo en oración y durante el día._
* Pídele que me ayude a entrar en Él para vivir en Él, a Su manera, Sus intenciones y virtudes, Su vida, Su Voluntad.
* _En la práctica, vivir en Él es lo que enseñó en la lección de ayer y en las anteriores: trabajar en Él, en su propia Humanidad. Y es la culminación de la unión con Él, como se explicó en la conferencia “Glorificando a Jesús”._
Por cada cosa que el alma dé a Dios por amor a Él, Él lo compensará en el Paraíso.
(Vol. 8; 7/Sep/1908
Luisa Piccarreta
Víctima y alma mística
en Proceso de Beatificación)
Estas enseñanzas son para animarnos a despojarnos de todo y entregarlo todo a Jesús, como decía ayer.
“Hija mía, cuantas más cosas de las que el alma se priva aquí abajo, más tendrá allá arriba en el Cielo. Entonces,
- cuanto más pobres en la tierra, más ricos en el Cielo;
-porque cuanto más privada esté de gustos, placeres, diversiones, viajes, paseos por la tierra, más gustos y placeres tendrá en Dios. ¡Oh, cómo caminará en la expansión de los Cielos, especialmente en los inconmensurables cielos de los atributos de Dios! Porque cada atributo es un Cielo más, un Paraíso más; y entre los bienaventurados algunos apenas entran, se puede decir que quedan como al principio de los atributos de Dios; otros van a mitad de camino, otros incluso más arriba, y cuanto más avanzan, más saborean, disfrutan y se divierten.
Así, *el que deja la tierra toma el Cielo*, hasta en las cosas más pequeñas.
Por lo tanto se sigue que:
- cuanto más se desprecia a uno, más se le honra;
- cuanto más pequeño, más grande;
- cuanto más sometido, más dominante...
y así todo lo demás.
Sin embargo, de todos los mortales... ¿quién piensa en privarse de algo en la tierra, para tenerlo eternamente en el Cielo...?
Casi nadie...!"
“Hija Mía, por cada * mínimo placer de que el alma se priva en esta vida * por amor a Mí, tantos más paraísos le daré en la próxima vida. Así que *una alegría menos aquí, un paraíso más allí*.
Imagínense: cuántas privaciones habéis sufrido en estos veinte años en la cama por Mi causa, y cuántos paraísos más os daré en el Cielo..."
Cuando escuché esto, dije:
“Dios mío, ¿qué dices? Me siento honrado y deudor de Ti, porque Tú me das la oportunidad de privarme de las cosas por amor a Ti, y me dices que ¿me darás tantos paraísos?
Él respondió: "Es precisamente así".
¡Deo Gratias!
(Vol. 7; 10/ago/1906)
Sugerencias:
* Releer y hablar con Jesús, dándole todo lo que aquí dice y si se me ocurre algo más agregarlo también, para desapegarme de todo de corazón, con la plena confianza de que Él me pide todo, para no dejarme con nada, sino llenarme de todo lo eterno y sobre todo de Él, que es el Todo.
* Agregar las intenciones de renunciar a todo sólo por amor a Él, reparando por toda la gloria y el amor que todas las criaturas no le dan por sus apegos a las cosas terrenas.
Sacrificar o mortificar la propia voluntad para hacerla una con la Voluntad Divina.
(Del Vol. 1 de Luisa Piccarreta,
Alma mística y víctima.
en Proceso de Beatificación)
Jesús me habló y me hizo comprender la necesidad del espíritu de mortificación.
“Quiero” me dijo “que todas tus cosas, incluso las necesarias *se hagan con espíritu de sacrificio*. Mirad, vuestras obras no pueden ser reconocidas por Mí como mías si no tienen el sello de la mortificación. Así como la moneda no es reconocida por los pueblos si no contiene en sí la imagen de su rey, de hecho, es despreciada y no tomada en cuenta, así vuestras obras, si no tienen el injerto con mi cruz, no puede tener ningún valor.
Mira, ahora ya no se trata de destruir a las criaturas (desapego), sino de ti mismo, de hacerte morir para vivir sólo en Mí y en mi propia Vida. Es cierto que te costará más de lo que has hecho, ¡pero ten coraje y no temas! Vosotros no lo haréis, pero yo, que obraré en vosotros...
Lo primero que quiero que mortifiques es tu voluntad. Ese 'yo' ('yo quiero') debe ser destruido en ti. Quiero que tengas tu voluntad sacrificada como víctima ante Mí para que tu voluntad y la Mía sean una sola. ¿Estás feliz?"
"Sí, Señor", respondí, "pero dame la gracia, porque veo que no puedo hacer nada".
Y Él seguía diciéndome: “Sí. Yo mismo os contradeciré en todo y a veces también a través de las criaturas”.
Sugerencias:
* Releer hablar con Jesús, decirle que quiero hacerlo como él dice, aprender a mortificar o matar mi voluntad para hacerla una con la Suya y darle vida a Su Voluntad en mis acciones...
* Mira, en todo lo que no sale según mi voluntad o mi plan, es el mismo Jesús quien quiere que le sacrifique mi voluntad y ponga la intención de unirla a la suya y vivirla en la Voluntad Divina.
* _Gracias a Jesús por Luisa, por sus enseñanzas y a Luisa, por su vida, sus sacrificios, por
poniendo en práctica todo lo que Jesús le enseñó y por escribirlo para que me llegue y me haga tanto bien. _
El sacrificio de la propia voluntad a Dios. Vivir en la Divina Voluntad es continuo.
Volumen 6; 13/septiembre/1904
por Luisa Piccarreta,
alma víctima y mística,
en Proceso de Beatificación.
Hallándome en mi estado habitual, mi adorable Jesús se hizo ver abrazado a mí, *teniendo mi corazón entre sus manos* (el corazón simboliza la voluntad), y mirándome fijamente me dijo:
“Hija Mía, cuando un alma *me da su voluntad, ya no es dueña de hacer lo que le place, de lo contrario *no sería una verdadera donación*; porque *la verdadera donación es sacrificar continuamente la propia voluntad a aquel a quien fue entregada.
Y este es un martirio de atención continua que el alma ofrece a Dios (“Quiero que tu voluntad la haga sacrificar en víctima delante de Mí…”)
¿Qué dirías de un mártir que hoy se ofrece a sufrir cualquier tipo de pena y mañana se retracta? Se diría que no tiene ninguna voluntad real de ser martirizado y que un día u otro acabará negando su fe. Esto es lo que le digo al alma que no me deja hacer con su voluntad lo que Me agrada y que ahora me lo da y luego me lo quita: 'Hija mía, no estás dispuesta a sacrificarte y martirizarte por Yo, porque el verdadero martirio consiste en la continuidad; tal vez puedas decir que estás resignado, uniformado, pero no mártir, y un día u otro puedes terminar alejándote de Mí, haciendo todo este juego de niños.'
Por eso, *estén atentos y déjame plena libertad para hacer contigo lo que mejor me plazca*."
Sugerencias:
* Releer tratando de comprender cada frase, renovando la donación de mi voluntad a Jesús en cada acto que hago, para que Su Voluntad obre y reine en cada uno de mis actos.
* Renovar diariamente esta donación, con el propósito de estar atento durante el día para mantenerla y no retirar mi voluntad de las manos de Jesús en ningún acto. Algunos actos me costarán más sacrificarlos, pero puedo pedirle a Jesús que me ayude a mantenerlos sacrificados.
Inmenso valor de la Cruz
(Del Vol. 1 de Luisa Piccarreta,
alma victima y mística
en Proceso de Beatificación)
Cuando Jesús tuvo la bondad de venir, muchas veces me habló de su Pasión y trató de disponer mi alma a imitar su vida y sus dolores. Recuerdo que me dijo:
“Esposa mía, las virtudes se debilitan si no son confirmadas y fortalecidas por el injerto de la cruz.
Antes de Mi venida a la Tierra, los dolores, las confusiones, los oprobios, las calumnias, el dolor, la pobreza, las enfermedades, especialmente la cruz, todos eran considerados como oprobios, pero al ser llevados por Mí quedaron santificados y divinizados por Mi. contacto, de modo que todos cambiaron de apariencia y se volvieron dulces, agradables, y el alma que tiene el bien de tener algunos de ellos es honrada porque ha recibido la vestidura de Mí, Hijo de Dios.
Y sólo quien sólo ve y se detiene en la corteza de la cruz, experimenta lo contrario; hallándolo amargo, les disgusta, se quejan como si alguien les hubiera hecho mal.
Pero quien penetra en él, hallándolo sabroso, forma en él su felicidad.
Hija mía amada, no anhelo otra cosa que crucificarte en cuerpo y alma".
"Si supieras
- cuánto bien contiene la cruz en sí misma,
- qué preciosa hace el alma,
- ¡Qué joya de inestimable valor adquiere el alma que tiene el bien de poseer sufrimientos!...
Baste decirles que al venir a la Tierra no elegí las riquezas, los placeres, sino que tuve la cruz, la pobreza, el sufrimiento y la ignominia como hermanas queridas e íntimas”.
"Mi amor,
- ¿Quieres ser bella? La cruz te dará los rasgos más bellos que se pueden encontrar tanto en el Cielo como en la tierra, hasta el punto de que te enamorarás de Dios, que contiene todas las bellezas en sí mismo.
- ¿Quieres llenarte de inmensas riquezas, y no por poco tiempo sino por toda la eternidad? Pues bien, la cruz os proveerá de toda clase de riquezas, desde las más pequeñas monedas, que son las cruces pequeñas, hasta las sumas más grandes, que son las cruces más pesadas; Sin embargo, los hombres, que están tan ansiosos de ganar dinero temporal, que pronto tendrán que partir, no piensan en adquirir un centavo eterno, y cuando yo, teniendo compasión de ellos, viendo su despreocupación por todo lo que se refiere a lo eterno, ¡Les ofrezco amablemente la oportunidad, en lugar de aprovecharla bien, se indignan y me ofenden! ¡Qué locura humana que lo entiende al revés!
Amados Míos, en la cruz están todos los triunfos, todas las victorias y las mayores adquisiciones. No debéis tener en la mira más que la cruz, y ella os bastará para todo”.
Mientras decía esto, mostraba tal placer, una alegría por el sufrimiento, que estas palabras traspasaron mi corazón de lado a lado como tantos dardos de fuego, tanto que sentí que me faltaba vida si el Señor no me concedía el sufrimiento. ..
Sugerencias:
* Reflexionar sobre estos conceptos sobre los beneficios espirituales del sufrimiento, pidiendo a Jesús su luz para comprender y así ver cualquier cruz o sufrimiento que su Voluntad tenga para mí.
*Unir mi voluntad a la de Dios aceptando cualquier cruz, dolor o sufrimiento que tenga, corporal o espiritual y poniendo la intención justa y pura de sufrir por amor de Dios, en unión con Él, en reparación de mis pecados y los de los demás. , para acompañar a Jesús en sus sufrimientos, consolarlo, por todas las almas, etc.
Sufrimiento por los mismos fines de la Pasión de Jesús.
Esta mañana, al venir, mi adorable Jesús compartió conmigo parte de Su Pasión. Ahora, mientras sufría, para alegrarme el Señor
me dijo:
“Hija mía, el primer fin que contiene mi Pasión es la gloria, la alabanza, el honor, la gratitud, la reparación a la Divinidad.
La segunda es la salvación de las almas y todas las gracias que se necesitan para lograr este propósito.
Así, para quien participa de los dolores de mi Pasión, su vida contiene estos mismos propósitos; y no sólo esto, sino que toma la misma forma que mi Humanidad, y como dicha Humanidad está unida con la Divinidad, también el alma que participa de mis dolores está en contacto con la Divinidad y puede obtener lo que quiera. Es más, sus penas son como una llave para abrir los tesoros divinos.
Esto mientras ella viva aquí abajo.
Y luego, a ella también le está reservada en el Cielo una gloria distinta que le será dada por mi Humanidad y mi Divinidad, para que se parezca a mi propia luz y gloria, y a toda la corte celestial se le dará una gloria mayor; así como una gloria más especial para toda la corte celestial, que le será dada por esta alma por lo que le he comunicado. De hecho, cuanto más las almas se hayan parecido a mí en los dolores, más luz y gloria saldrán de dentro, y así es como toda la corte celestial participa de esta gloria”.
¡Que el Señor sea siempre bendito y todo sea para su gloria y honra! (Vol. 4; 8/feb/1902)
Sugerencias:
* Unir mis sufrimientos, incluso los más pequeños, a la Pasión de Jesús y ofrecerlos con sus mismas intenciones hacia el Padre y hacia todas las almas.
* Hacer ofrenda de oración de todos los sufrimientos que tendré hasta mi muerte y los que he sufrido en toda mi vida, para que queden unidos a los de Jesús y con su mismo mérito y hagan el mismo bien.
Todo debe hacerse por amor a Dios y a los demás.
(Del vol. 1
por Luisa Piccarreta,
alma victima y mística
en Proceso de Beatificación.)
Aunque recuerdo que en todas estas cosas que me decía (el espíritu de rectitud, el espíritu de mortificación...), siempre añadía que todo debía hacerse por amor a Él * y que las virtudes más bellas, las más grandes Los sacrificios se vuelven insípidos si no tienen su origen en el amor.
“La caridad”, me dijo, “es la virtud que da vida y esplendor a todas las demás *, de tal manera que sin ella todas están muertas, *Mi ojo no recibe atracción en ellas y no tienen poder sobre ellas. mi corazón.
Por eso, *debéis estar atentos y hacer que vuestras obras, incluso las más pequeñas, estén investidas de caridad*, es decir: *en Mí, Conmigo y para Mí*."
"Si la Fe hace creer, la Esperanza hace esperar, la Caridad hace amar.
Si la Fe es luz y sirve de vista al alma, y la Esperanza, que es el alimento de la fe, proporciona al alma valor, paz, perseverancia y todo lo demás; La caridad, que es sustancia de esta luz y de este alimento, es como ese ungüento dulcísimo y fragante que, al penetrar por todas partes, alivia y calma los dolores de la vida. La caridad * endulza el sufrimiento * y hace llegar incluso a desearlo.
El alma que posee caridad difunde fragancia por todas partes; Sus trabajos son todos por amor, desprenden un aroma muy agradable *, ¿y qué es ese aroma? *Es el aroma de Dios mismo.
Las demás virtudes vuelven al alma solitaria y casi grosera con las criaturas; La caridad, en cambio, siendo sustancia que une, * une los corazones, pero ¿dónde? *En Dios.
La caridad, al ser ungüento fragante, se difunde por todas partes y llega a todos.
La caridad hace sufrir con alegría los tormentos más despiadados y se llega al punto de no poder estar sin sufrimiento. Y cuando el alma se ve privada de él, dice a su esposo Jesús: 'Sosténme con el fruto, que es el sufrimiento, porque estoy languideciendo de amor, y ¿dónde más puedo mostrarte mi amor sino en el sufrimiento por ti? ?'
La caridad *quema, consume todas las demás cosas, incluso las virtudes mismas, y las convierte todas en sí misma*.
En el sol, es como una reina que quiere reinar en todo y que no quiere entregarse a nadie”.
Sugerencias:
* Releer reflexionando sobre las diferentes ideas y poniendo mi intención de hacer todos mis actos, oraciones, sufrimientos, como aquí enseña Jesús: por amor a Él, para Él, con Él y en Él.
* En la mañana, en la noche y muchas veces durante el día ofrecer actos de amor a Jesús en todo lo que estemos haciendo.